miércoles, 19 de noviembre de 2014

Vas a querer volver...






Por: Rodrigo Zepeda 

Probablemente el principal objetivo de cualquier intercambio es aprender, sin embargo hay oportunidades que no solo aprendes, si no también, enseñas, promueves, inventas, pruebas, conoces, te enamoras, y te identificas con lo que tu profesión te acerca.

Realmente no hay mejor manera que conocer culturas que por medio de lo que a los futuros cocineros o cocineros nos toca hacer, que es conocer las culturas, porque las culturas nacen de las personas, y de las personas las costumbres y tradiciones habladas, escritas, gastronómicas e históricas que marcan y definen lo que es una nación.

Podríamos hablar siempre de lo que nos encanto de un país, sin embargo lo que siempre enamora es su comida y su gente, es por eso que es nuestro turno de hacer una breve remembranza de lo que fue nuestra estancia en tierra Guaraní; a pesar de ser estudiantes ajenos a una escuela, nos adoptaron como sus propios hijos, nos hicieron conocer y aprender lo que ellos conocen de su cultura milenaria guaraní desde que nacieron. Nos hicieron enamorarnos de las tardes de merienda en las cuales no nos alcanzaba el apetito para llenarnos de cocido quemado con mbeju, o tal vez esos fines de semana donde el asado con sopa paraguaya (si esa preparación la cual es la única sopa solida del mundo), chipa guazú, mandioca de todas las formas posibles que iban desde simple yuca hervida, o preparaciones mas delicadas en las cuales las técnicas prescindían. 

Es fácil enamorarse y querer volver a un pueblo el cual te recuerda tanto a casa, tal vez no por su gran riqueza de productos, que evidentemente hay infinidad de cosas que podríamos citar y que tienen un trasfondo más importante de lo que podríamos creer, un claro ejemplo es la cantidad de remedios o yuyos que poseen, la calidad mundial de las carnes vacunas que manejan y la increíble calidad natural de las frutas y vegetales que ellos mismos llegan a producir, sin embargo la admiración y el recuerdo que hace pensar en tu propio país es el que te dan las personas con su cariño, con su capacidad de acogerte sin tal vez siquiera conocerte, con el simple hecho que te lleves de su país la mejor de las experiencias.

Podríamos redactar más sobre las tardes de clases en O´hara, o las caminatas por el centro del casco antiguo de asunción, y pueblos aledaños que  no podía pasar desapercibidas los chiperos desde sus caminatas por las calles que asemejaban a los señores panaderos de México que con singular destreza cargan sus canastas en la cabeza. Como olvidar los caminos y sus cultivos de frutilla, sus puestos de torta de miel de caña a las orillas.

Nuestra tarea por otra parte además de ir a conocer un poco de la cocina paraguaya también se baso en la difusión de nuestra propia cultura y tuvimos una gran oportunidad de compartir con la Embajada de México dónde fuimos invitados a una cata de mezcal, y además tuvimos el honor de cocinar pan de muerto para la ofrenda del día de muertos que se llevo a cabo para que la población Mexicana y Paraguaya recordara y conociera un poco de esta bella tradición.


Para no extendernos más y lo más real que se puede decir es que pocas son las veces que escuchamos hablar de Paraguay, pero una vez que lo conoces, te podríamos decir: “ Vas a querer volver”. 









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