martes, 31 de octubre de 2017

Concurso interno "El Mejor Pan de Muerto"













Así se vivió el concurso interno "El mejor Pan de Muerto" en donde participaron 7 alumnos de diferentes semestres; la evaluación estuvo a cargo de ex alumnos del Colegio Culinario de Morelia quienes calificaron diversos aspectos como tiempo, limpieza, rescate, presentación y otros puntos a considerar en este concurso. Brandon Chávez, Ricardo Rodríguez, y José de Jesús Reyes formaron la mesa de jurado.

El ganador en esta ocasión fue el alumno de tercer semestre Yován Alejandro Guerrero quien demostró sus habilidades preparando el mejor pan de muerto de este concurso.


Muchas felicidades a todos los participantes de este evento que pretende rescatar nuestra tradiciones y recetas.












Repentino Gastronómico











Por:  Citlali Guadalupe Flores 

El día miércoles 11 de octubre del 2017, me levante muy emocionada para ir a la escuela; sin embargo, algo inquieta ya que el día anterior se nos había dicho que no habría clases normales sino una competencia. Yo siendo una persona bastante curiosa me preguntaba cuál sería la actividad, si sería en equipos o individual, que se ganaría, entre otras cosas.

Con todo y mis dudas me fui y en cuanto llego me encuentro con todos mis compañeros deambulando por los pasillos, todos especulando sobre qué iba pasar. Había rumores que habría equipos y que además serian escogidos al azar. Esto generó aún más inquietud en mí. Pero a la vez estaba lista y dispuesta para lo que fuera.

Después de un tiempo bajaron todos los chefs y el chef Jorge comenzó a explicarnos la dinámica. Se nos comentó que habría 10 equipos y que efectivamente serian escogidos al azar y no solamente eso sino que también seriamos mezclados entre semestres. La competencia surgió porque se diseñaría un manual de alimentos de buena calidad con alto valor nutricional y bajo costo para amas de casa y personas de bajos recursos que será donado al DIF. Ahí es donde nosotros entramos. Cada equipo debía diseñar un platillo con una proteína y dos guarniciones tomando en cuenta el objetivo. Se nos proporcionarían ingredientes de canasta básica y $200 para ingredientes extra que debíamos conseguir por nuestra cuenta. Se nos dio un horario el cual se debía cumplir con puntualidad y que la limpieza, organización y eficiencia serian también puntos importantes a evaluar para aspirar a ganar esta competencia. Para evaluar el desempeño de los equipos había 3 jueces seleccionados. La chef Idri Santillán Fuentes, el chef Fabián Gonzáles y el chef Alberto Osalde.

Dicho esto los equipos comenzaron la actividad a las 9, pero no sólo bastaba con preparar un platillo sino se debía entregar una carta tecnológica, el valor nutrimental, explicación de receta, requisición de utensilios y de alimentos para las 11 de la mañana, el platillo para la 1 y el ganador sería anunciado a las 3 de la tarde. En cuanto se anunciaron los equipos cada quien por su lado y todo comenzó, mi equipo decidió hacer un rectángulo de pollo con un espejo de mole acompañado de un puré de frijol con huitlacoche, perlas de calabacita con zanahoria y una lluvia de queso fresco.

Puedo decir que esta fue una experiencia muy refrescante para mí. El trabajar con nuevas personas y conocer las distintas ideas que cada quien propone me recuerda a la belleza de nuestra mera existencia; todos tan distintos pero unidos nos complementamos para crear maravillas. Creo que esta actividad fue presentada a nosotros con ese mismo propósito; conocer mejor con quien vamos a la escuela. Es una escuela pequeña y realmente vemos a todos pero conocemos pocos. También creo que se hizo para despertar nuestro lado creativo e inspirarnos para así alimentar a los chefs que llevamos dentro.

Esto me lleva al platillo ganador; "el pollo a la tarasca" un muslo de pollo en salsa tarasca acompañado de arroz al cilantro, verduras blanqueadas con flor de calabaza fresca y chile ancho con tortillas fritas cortadas en tiritas. Este platillo lo creo el equipo amarillo. Quien aparte de ganar que su platillo se regalara al DIF también se les obsequiaron 2 libros gastronómicos; uno de cocina michoacana y otro de escultura en hielo.


Ellos nos recordaron la belleza de la sencillez de la comida de nuestro país. Y  que no necesariamente se tiene que ser extravagante para que sea exquisito. Fue una excelente experiencia llena de sorpresas y mucho aprendizaje.