Por: Citlali Guadalupe Flores
El día
miércoles 11 de octubre del 2017, me levante muy emocionada para ir a la
escuela; sin embargo, algo inquieta ya que el día anterior se nos había dicho
que no habría clases normales sino una competencia. Yo siendo una persona
bastante curiosa me preguntaba cuál sería la actividad, si sería en equipos o
individual, que se ganaría, entre otras cosas.
Con todo y mis
dudas me fui y en cuanto llego me encuentro con todos mis compañeros
deambulando por los pasillos, todos especulando sobre qué iba pasar. Había
rumores que habría equipos y que además serian escogidos al azar. Esto generó
aún más inquietud en mí. Pero a la vez estaba lista y dispuesta para lo que
fuera.
Después de un
tiempo bajaron todos los chefs y el chef Jorge comenzó a explicarnos la
dinámica. Se nos comentó que habría 10 equipos y que efectivamente serian
escogidos al azar y no solamente eso sino que también seriamos mezclados entre
semestres. La competencia surgió porque se diseñaría un manual de alimentos de
buena calidad con alto valor nutricional y bajo costo para amas de casa y
personas de bajos recursos que será donado al DIF. Ahí es donde nosotros
entramos. Cada equipo debía diseñar un platillo con una proteína y dos
guarniciones tomando en cuenta el objetivo. Se nos proporcionarían ingredientes
de canasta básica y $200 para ingredientes extra que debíamos conseguir por
nuestra cuenta. Se nos dio un horario el cual se debía cumplir con puntualidad
y que la limpieza, organización y eficiencia serian también puntos importantes
a evaluar para aspirar a ganar esta competencia. Para evaluar el desempeño de
los equipos había 3 jueces seleccionados. La chef Idri Santillán Fuentes, el
chef Fabián Gonzáles y el chef Alberto Osalde.
Dicho esto los
equipos comenzaron la actividad a las 9, pero no sólo bastaba con preparar un
platillo sino se debía entregar una carta tecnológica, el valor nutrimental,
explicación de receta, requisición de utensilios y de alimentos para las 11 de
la mañana, el platillo para la 1 y el ganador sería anunciado a las 3 de la
tarde. En cuanto se anunciaron los equipos cada quien por su lado y todo
comenzó, mi equipo decidió hacer un rectángulo de pollo con un espejo de mole
acompañado de un puré de frijol con huitlacoche, perlas de calabacita con
zanahoria y una lluvia de queso fresco.
Puedo decir
que esta fue una experiencia muy refrescante para mí. El trabajar con nuevas
personas y conocer las distintas ideas que cada quien propone me recuerda a la
belleza de nuestra mera existencia; todos tan distintos pero unidos nos
complementamos para crear maravillas. Creo que esta actividad fue presentada a
nosotros con ese mismo propósito; conocer mejor con quien vamos a la escuela.
Es una escuela pequeña y realmente vemos a todos pero conocemos pocos. También
creo que se hizo para despertar nuestro lado creativo e inspirarnos para así
alimentar a los chefs que llevamos dentro.
Esto me lleva
al platillo ganador; "el pollo a la tarasca" un muslo de pollo en
salsa tarasca acompañado de arroz al cilantro, verduras blanqueadas con flor de
calabaza fresca y chile ancho con tortillas fritas cortadas en tiritas. Este
platillo lo creo el equipo amarillo. Quien aparte de ganar que su platillo se
regalara al DIF también se les obsequiaron 2 libros gastronómicos; uno de
cocina michoacana y otro de escultura en hielo.
Ellos nos
recordaron la belleza de la sencillez de la comida de nuestro país. Y que no necesariamente se tiene que ser
extravagante para que sea exquisito. Fue una excelente experiencia llena de
sorpresas y mucho aprendizaje.