Por: Andrea Itzel Rodríguez Guzmán.
El pasado 26 de agosto del 2015 se realizó en nuestro pantel de Morelia el concurso interno "El Mejor Panqué de Natas" dicho concurso es el primero de varios programados a lo largo de este semestre con el fin de motivar e incentivar a nuestra comunidad estudiantil a la competencia.
Un panqué de nata, esa porción de
historia, tradición e incluso experimentación.
En el Colegio Culinario de Morelia, los alumnos nos han compartido esas tan queridas recetas a través del concurso "El mejor panqué de natas" demostrando la capacidad de contagiar "el cariño de la abuela" mezclado con los ingredientes básicos de la repostería.
En sus preparaciones encontramos
una diversidad que no cualquiera puede relacionar con este tan tradicional
panque. Hablando de ingredientes no podía faltar vainilla, chocolate y canela, y la sorpresa fue ver en este concurso ingredientes como chapulines, pistaches, mezcal y sal rosa.
Cada receta tenía su historia,
fuera un regalo nupcial a su bisabuela, una remembranza familiar, una receta de
tres generaciones panaderas e incluso aquellos que tomaron una receta clásica y
la convirtieron por completo en una novedad.
Todas fueron maravillosas, pero
como en todo concurso, sólo puede haber un ganador. La
decisión no fue difícil. Durante la deliberación se pudo percibir, no sólo que
el proceso había sido impecable sino que habían presentado un panqué que sin
duda alguna, nos había dejado la piel erizada. Nadie lo hubiera esperado, ni
siquiera imaginado. En esta ocasión una alumna de primer semestre, Maria Luisa Canale, a un mes de
haber ingresado al colegio y sin previos conocimiento profesionales de cocina,
nos dejó con una sensación que sólo nuestras madres han podido dejar: un
sentimiento de tranquilidad y felicidad, una sonrisa y los ojos más grandes que
podíamos mostrar. Fue en ese momento cuando asentimos con la mirada para dar el
sí.
La miga, el tostado, la esponjosidad, el sabor y
el sentimiento que alimentaba nuestros corazones fueron...inigualables. No
puedo atreverme a decir que fue perfecto porque ese título corresponde a la
cocina de nuestras madres y abuelas, pero si puedo asegurar que en ese momento
tuvimos la agradable oportunidad de premiar a "el mejor panqué de
nata".